jueves, 4 de marzo de 2010

36 Entrada; La novia

Voy a recogerte a la estación. 
Estas más delgado, demasiado delgado. 
Tu mirada esta perdida, quedó atrás, atrapada en todo lo que has visto. 
Tus labios no son capaces de hablar, siguen ahogando los gritos que no pudiste dar. 

¿Cuántas cosas has tenido que hacer sin quererlo? 
Cojo tu mano. 
Quiero ser tu guía, la luz que te saque de esa oscuridad que te posee. 

Llevarte de camino a casa es como sujetar una pluma, te dejas llevar, lentamente, como si tus pasos levitasen. 
Cierro la puerta y dejo tu mochila en el suelo. 
-Cariño por fin ha terminado, no tendrás que volver. Nunca más dejaré que lo hagas. 

Sé que mis palabras resuenan en tu cabeza como el viento resopla entre las montañas, pero quizá quede su esencia en algún rincón de tu mente. 

Te llevo al baño. 
Mientras caliento el agua voy desabrochando despacio tu camisa, tus zapatos, tus pantalones. 
Mis ojos apenas recuerdan tu cuerpo desnudo. 
¿Cómo es posible que haya cambiado tanto? 

Meto tus piernas con cuidado dentro de la bañera después de comprobar que el agua no esté demasiado caliente. 
Te obligo a sentarte. 
Repaso con la esponja todos aquellos huecos que me eran familiares y todos los nuevos que han surgido. 
Limpio a conciencia todas tus nuevas cicatrices. 
Me gustaría borrarlas. 
No sé de donde provienen pero no creo que sean buenos recuerdos. 

Froto con cuidado cada parte de ti. 
Te seco con la toalla más suave que tengo. 
Despacio. 
Parte por parte. 
Parece casi un ritual. 

Empiezo por la cara, bajo al cuello, el torso y los brazos, la cintura, la entrepierna, las piernas, los pies. 
Apenas te mueves. 

Preparo la espuma de afeitar, la brocha y la cuchilla. 
No puede caer ni una gota de sangre. 
No más sangre. 

Extiendo la espuma por tu barbilla, sobre tus labios y en las patillas. 
Lleno el lavabo de agua y preparo la toalla húmeda. 
Cojo la cuchilla con cuidado y voy retirando la espuma mientras raspo el bello de tu cara. 
Pongo tanto cuidado que apenas se nota el movimiento en mis manos. 
Afeitar, aclarar la cuchilla. 
Afeitar, aclarar la cuchilla. 
Cuando termino pongo la toalla húmeda sobre ti mientras preparo el alter save. 
Lo unto con mis dedos, esta frío. 
Calma. 

Te visto despacio. 
Primero los calzoncillos nuevos, los calcetines, tus vaqueros preferidos y la camiseta que más te gusta. 

Te siento en la mesa de la cocina y la preparo mientras se calienta la comida que dejé preparada en el horno. 
Te he preparado lasaña. 
Era tu plato preferido. 
La pongo sobre la mesa, y me siento a tu lado. 
Dos o tres bocados, un trago de agua. 
Bocados, agua… 

De postre he preparado tarta de limón y merengue. 
Es la que mejor me sale. 

Cuando terminas te llevo a la habitación. 
Te quito la camiseta, los vaqueros y los calcetines. 
Abro la cama. 
Te tumbo despacio. 
Me quito el vestido, las medias y el sujetador. 

Me tumbo sobre tu pecho. 
Te acaricio suavemente. 
Te beso el pecho despacio. 
Noto un pequeño roce sobre mi espalda. 
Te miro y me miras. 
Estás ahí. 
Por fin eres tú. 
Bajo esas cicatrices y ese dolor estas tú. 
Te sonrío. 
Una leve sonrisa se forma en tu rostro. 
Sé que volverás a mí,será lento, pero volverás. 

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